Estilo / Referencias y tributos

Referencias y tributos

La atmósfera decadente y acongojante que flota a lo largo de la obra tiene un paralelo con los filmes futuristas Blade runner (estética punk, atmósfera cargada...) o Terminator (en cuanto a la suciedad y la dejadez que hay por todas partes en el futuro).

Aunque la saga está ambientada dentro del Sistema Solar (y no en galaxias lejanas), se atisba la influencia de otras películas o series míticas de ciencia ficción. Así, el arma llamada ardatán está inspirada en un arma nimbari de la serie Babylon 5 en cuanto a la forma, aunque, en esencia, viene a ser un tributo a las espadas láser de Star wars (por ejemplo, en el hecho que fueron desarrolladas por unos antiguos maestros luchadores saturnianos ya extinguidos).
El color de la nave es lila, el mismo que la estación Babylon 5. Y el personaje Dzorian (que aparece en el volumen III) es también un homenaje a Darth Vader de Star wars (aunque el traje es totalmente diferente). Además, la moneda es el crédito, es decir, la misma moneda que se emplea en Star wars y en Babylon 5.

Hay escenas de la saga que son guiños a otras grandes obras de ciencia ficción, como 2001: una odisea del espacio (el ardatán como instrumento que permite evolucionar de débil a fuerte, como un mono prehistórico al manejar un hueso), los filmes Mad Max, los filmes Matrix (por la estética de algunos personajes), la serie-film Star trek o la serie de cuentos Yo, robot de Isaac Asimov (los robohtrones mega, armas de guerra poderosas, están inspirados en los grandes robots de Mercurio que aparecen en uno de los cuentos).

El espíritu de los forajidos también bebe de la serie de dibujos animados japonesa Capitán Harlock y de la serie-película Serenity / Firefly
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Otras referencias de culto se ciñen a un personaje. Por ejemplo, Rakkett tiene reflejos de Lisbeth Salander, la protagonista de la saga Millennium, y otros similares, como la heroína Aes Flux (de la película Aeon Flux). La apariencia física de Athena es un homenaje a la tenienta Ilia, que aparece en la película Star trek: The motion picture (1979), el primer filme surgido de la serie televisiva. Zuüb (el piloto de la nave, de piel negra) lleva un visor ante los ojos en homenaje al personaje Geordi La Forge, que aparece en la saga Star trek, concretamente en la serie The next generation (1987-1994, con filmes de 1994 en 2002, aunque en los filmes solo lleva visor en 1994), si bien ambos visores son distintos. Y Djènia viste una blusa blanca y un chaleco, mientras lleva dos pistolas en sendas cartucheras en los muslos: va ataviada exactamente igual que Han Solo de Star wars, en un homenaje a dicho personaje.

 

En cualquier caso, no todo son referencias futuristas: a veces se recurre a la historia para inspirar algunas escenas. El volumen VIII (Bienvenidos al infierno) contiene una batalla entre naves (¡una saga galática que se precie debe tener una!) donde los skørdåtianos están en inferioridad. Esta batalla espacial está basada en una contienda marítima real que tuvo lugar en el siglo XIII entre la flota catalanosiciliana y la flota francopisana: la batalla de Nicotera (11 octubre 1282). La cantidad de naves en combate varía (en el siglo XIII eran 14 naves catalanosicilianas contra 48 de sus oponentes), pero el desarrollo de la batalla es semejante en ambos escenarios. (Véase el libro Història militar de Catalunya, volumen II, de Francesc Xavier Hernàndez, editorial Rafael Dalmau, 2002, páginas 257-259.)

 

Las portadas de los volúmenes I y II son obra del ilustrador Diego García, alias Didac Coliman; la portada del volumen IV es obra de la ilustradora Octey Poveda García; y la portada del volumen V es obra del ilustrador seniense Jesús Mingorance López. Tienen un aspecto de cubierta de cómic como alusión al cómic fantasioso japonés (conocido en Occidente con el término "manga").

El autor (Xavier Rull) y la ilustradora del volumen IV (Octey Poveda) (2022) [fuente: Pere Ferré, Diari de Tarragona].

Características de la obra

Volúmenes autoconclusivos. Cada volumen narra una historia aislada con respecto a los otros volúmenes. Por lo tanto, un lector puede leer tranquilamente cualquier volumen sin haber leído los anteriores (aunque, lógicamente, si uno lee los volúmenes precedentes hay elementos que se aprecian mejor, como aspectos de la psicología de los personajes, y también hay detalles que hacen más gracia).

 

Subtramas. Como en toda saga (o como ocurre en las series audiovisuales), hay pequeños argumentos secundarios que van apareciendo a lo largo de los volúmenes de la saga. Por ejemplo, cómo se construye la relación entre Mikka y Rakkett (volúmenes I a V); cómo se construye la relación entre Denk y Athena (volúmenes I a IV); cómo se forja el equipo (volumen VI y otros puntos); valoraciones sobre cómo es la sociedad (volúmenes I, II, III, IV, V y VIII), etcétera.

 

Estilo literario audiovisual. Como se ha apuntado, la saga está impregnada de cultura cinematográfica. Por ello, el estilo literario evoca la forma de narrar del cine o de las series. Así, mientras va leyendo, el lector "ve" las escenas como si se encontrara ante una pantalla. El texto huye del artificio literario o las descripciones largas, y se centra en el argumento (la acción, en definitiva) y los diálogos. Los adjetivos empleados son pocos: los justos para crear, en una situación narrativa concreta, una determinada atmósfera.

 

Ciencia ficción muy humana. No hay teletransportación, ni extraterrestres... todo es muy humano. De hecho, en lo tecnológico hay más ciencia que ficción. Así, prácticamente toda la tecnología, las armas, la física y la química son reales (tal como existen o están desarrollándose en el siglo XXI). Solo se crearon expresamente los elementos justos para hacer efectiva la trama (por ejemplo, progravitatorios y antigravitatorios (aunque están inspirados en la levitación magnética, que es posible hoy en día) o el tiempo que se tarda en ir de la Tierra a Marte (hoy en día son siete meses en el trayecto más corto, pero en la saga solo se necesitan varios días)).


Protagonistas vulnerables. Los tripulantes de la nave a menudo son heridos; y más de una vez son vencidos por sus enemigos. En esto se diferencian del comportamiento prototípico de un "bueno" de una historia, que a menudo logra salir adelante sin un rasguño (véase los filmes del agente 007 o de guerreros musculosos interpretados por actores como Arnold Schwarzenegger). Haciendo un paralelismo con los dos modelos de canción de gesta medieval, el agente 007 es como la Chanson de Roland, donde Roldán mata decenas de enemigos con un solo golpe de espada mientras que a él no lo hieren; en cambio, los skørdåtianos sufren en un combate, como lo hace el Cid en el Cantar del mío Cid, que cae herido mientras lucha con la espada

Lenguaje coloquial evolucionado. En los diálogos se reflejan elisiones fonéticas que son habituales en la forma de hablar actual pero que no se escriben. Esto permite dar al lector la sensación de que se encuentra ante un modo de hablar evolucionado respecto al modo de hablar actual.
 
Variación geolectal. A pesar de que en un futuro se habla una sola lengua, todas las lenguas presentan variación interna (son los llamados dialectos o geolectos). Por lo tanto, si la saga quiere ser realística en temas tecnológicos, en esa lengua del futuro también debe haber variación geolectal. Por ello, Zuüb (que es de Tritón (Neptuno)) habla castellano de Argentina. Lylya (que es de Jápeto (Saturno)) habla castellano de México. En el continuum Tierra-Luna-Marte se habla castellano de España (y por eso diverge muy poco de la forma estándar del castellano), en parte porque, en la Tierra, viven los más pudientes (esto afecta a Djènia, Mikka y Athena). Otros tripulantes de la nave tienen otros rasgos (Freya, de Mercurio, presenta un deje fonético andaluz).
 
Estructura narrativa planteamiento/nudo/desenlace adaptada a dos escalas. La teoría literaria y cinematográfica establece que toda historia debe tener un planteamiento, un nudo (o desarrollo) y un desenlace. Sin embargo, la saga adapta este convencionalismo a su propia dinámica. Así, el volumen I tiene una presentación de los personajes un poco extensa (a partir de diálogos entre Rakkett y el recién llegado Mikka) antes de llegar al planteamiento de la aventura que se narra en el volumen. Esto se hace así porque, al mismo tiempo, todo el volumen I ejerce el rol de planteamiento de todo lo que se cuenta a lo largo de la saga. En efecto, aunque los volúmenes sean autoconclusivos y, por lo tanto, cada uno de ellos narre una historia aislada, al concluir el volumen I el lector se pregunta: estos, ¿por qué hacen este trabajo?; ¿cómo llegaron hasta aquí?; ¿por qué son como son?; ¿qué va a hacer Athena con respecto a la pregunta que le plantea Denk? Todo eso irá desarrollándose a lo largo de los otros volúmenes. Así pues, la saga adapta el trinomio planteamiento/nudo/desenlace a dos escalas: la escala de cada volumen y la escala de toda la saga, por lo que el volumen I también sirve en sí mismo como planteamiento a una escala narrativa mayor.
 
Alejamiento de los patrones de la ciencia ficción clásica. La literatura de ciencia ficción suele contar con situaciones de gran reflexión filosófica o psicológica a partir de los pensamientos de los personajes (por ejemplo, sobre hacia dónde se dirige la humanidad). A veces son más importantes las reflexiones de los protagonistas que la acción en sí misma. Esta circunstancia ha llevado a los críticos literarios de ciencia ficción a denigrar aquellas obras que, pese a estar ambientadas en el futuro y contar con naves espaciales, no incluyen reflexiones de este tipo. Entonces se puede emplear la etiqueta "de aventuras espaciales", como si se estableciese un paralelismo con historias de gángsters de los años 20 del siglo XX, el Far West o los piratas de los mares del siglo XVIII. Sin problemas: lo que importa es que el lector disfrute junto a unos aventureros y viviendo sus peripecias, y no las etiquetas puestas por quienes prefieren lecturas densas o pesadas.
 
El autor (Xavier Rull) y el editor del original catalán (Ferran Marín) durante el proceso de edición de «Skørdåt I» (2019).