Mafias y clanes


Ante la ausencia de gobernanza y estructura social, por doquier han surgido mafias, clanes y señores de la guerra que dominan los territorios y controlan los suministros, siempre al margen de la legalidad. Todo está bajo su control: armas, drogas, agua, aire, alimentos sintéticos, medicamentos, gas, carburante, electricidad, códigos digitales para acceder a cualquier información... Muchos de esos bienes son generados por esos mismos clanes que después se encargan de su distribución (sin permitir que otros les hagan la competencia, empleando la violencia si es necesario, de modo que fijan los precios, siempre al alza); y, si no son elaborados por ellos mismos, los roban o los piratean y después los distribuyen ilegalmente. Cuando no tienen trifulcas con el ejército o se pelean entre ellos, extorsionan a las empresas para obtener liquidez o sobornan a cargos locales para lograr algún beneficio; y, si con eso no les basta (y normalmente nunca les basta), extorsionan al pueblo llano con amenazas, chantajes, secuestros y razias. Incluso dentro de las estaciones espaciales, donde los directores pueden controlar la actividad gracias a la guarnición militar allí destacada, hay espacios controlados por traficantes de drogas, armas y alimentos.
Por otra parte, el ejército se ha mostrado incapaz de controlar el Sistema Solar. Se calcula que tan solo un tercio de las fuerzas armadas lleva a cabo las funciones de control y seguridad en el tráfico; pero en cualquier caso nunca protegen a la gente. Los dos tercios restantes actúan ya sea como mercenarios al servicio de las grandes corporaciones o de los grandes clanes, ya sea por su cuenta enriqueciéndose con el fruto de robos o chantajes a los transportistas.