El Sistema Solar


Año 2652. Setecientos mil millones de personas cohabitan en un Sistema Solar superpoblado y al borde del colapso. Los bienes básicos —comida, agua, aire, energía (electricidad, gas, carburante), vivienda...— escasean, siendo objeto de tráfico y sobreprecios. Los desechos, la suciedad y la contaminación son un problema endémico general y, debido a la masificación, las enfermedades y epidemias causan estragos entre la población.
Los ricos y poderosos, alojados en la Tierra, generan sus descendientes con técnicas genéticas in vitro, y crean seres con la estética, el sexo y la inmunidad patológica predeterminada. En cambio, la gente pobre vive amontonada en los satélites exteriores (y en los barrios humildes de la Luna y Marte), así como en las innumerables estaciones especiales antiguas que se encuentran esparcidas por el Sistema Solar (frías, sucias, desoladas e insalubres) y procrean mediante el método tradicional (el sexo), con lo que es inevitable que nazcan personas con deficiencias o con escasa inmunidad.
Un Gobierno único rige toda la Humanidad. Las antiguas naciones de la Tierra hace mucho tiempo que desaparecieron.
No obstante, el Gobierno no es elegido democráticamente, sino mediante pactos entre grandes empresas —constructoras, mineras, audiovisuales, armamentísticas, robóticas y energéticas (gasísticas, petroleras, eléctricas)—. Por ello, toda la Administración pública está carcomida por la corrupción. Cada miembro del Gobierno se preocupa únicamente por sí mismo, por su gente y por los poderosos a quienes debe su puesto. Los problemas de la población son menospreciados por los gobernantes (por ejemplo, el sistema sanitario es muy precario y la escolarización solo cubre las primeras edades).
Por otro lado, en cada satélite o planeta, un gobernador es designado desde el Gobierno de la Tierra para encargarse de las cuestiones locales como el orden público y el cobro de impuestos; sin embargo, dada la inoperancia del Gobierno de la Tierra, los gobernadores han acabado convirtiéndose en dictadores que imponen su ley.